viernes, 26 de septiembre de 2008


Cada herida hizo rígido al corazón... Las lágrimas ya no pretenden caer, buscan un refugio en los ojos para no escaparse de ahí. ¿De que sirve analizar? ¿Para que tanto pensar?... Tus palabras no tienen fundamentos, tus fundamentos no tienen bases, tus bases desaparecieron. El vapor de aquella ducha se esfumo. El humo de aquel cigarro se desvaneció. El vació se volvió inmenso. La inmensidad muto a sufrimiento. El sufrimiento clavado en cada herida. Es un circulo vicioso interminable...


Interminable como las historias, aquellas que nunca llegan a su fin.


Un sin fin de recuerdos que renacen cada día. Cada día que pasa extraño esos momentos. Momentos, si tantos de ellos. Ellos, tantos otros que parecían no querernos juntos. ¿Juntos nosotros? Nosotros nos necesitamos... Necesito verte. Verte haciendo tantas cosas me desilusionaste. Las desiluciones apestan, y nos arruinaron. Arruinada esta la cosa.... Cosas nos pasaron millones, pero nos costo tanto. Cuesta tratar de perdonarnos. Perdonar no es así de fácil. Fácil mente no podríamos dejarnos ir.


Irte, deberías, y no volver... Volver es alimentar una cadena. Interminable como las historias...


Me tengo que acostumbrar...





















(...) a un mundo donde no estas.
Sin ti debo seguir,
aunque no quiera
creo que ya no hay otra manera.