miércoles, 7 de enero de 2009



Despues de dias sin saber noticias de vos, volviste a aparecer, tan fresco con tu mejor cara de reconciliacion que en un sueño puedas poner. Con tu aroma infaltable. Y un gesto medio extrañado. Creo que fue de casualidad que mientras caminaba observando por las calles esa seguidilla de autos colectivos y camiones que deslumbraban color en la ciudad te cruse en la plaza central. No era todo igual una calle parecida a una ruta desembuchaba en veintiocho de julio y marcos a zar y por ahi se aproximaban los vehiculos llamativos y la gente. La plaza mas iluminada de lo normal y nosotros en el medio cuando te decidiste a hablarme para confesarme las palabras mas dolorosas que pude escuchar y que ni en un sueño queria imaginar. Me pediste perdon y me diste un abrazo, yo no dude un segundo en abrazarte, una lagrima se derramo en tu hombro y en ese abrazo infinito fue cuando te escuche llorar, mi corazon se acelero a mil... Desperte.

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